Tras la ruptura, el acusado "guiado por el ánimo de menoscabar su dignidad, menospreciarlo y denigrarlo", subrayan las magistradas, hizo pública su condición sexual y su estado de salud como portador de VIH "para que fuese conocido por todos en su ámbito familiar y laboral". Lo comunicó a través de pintadas, carteles y panfletos en los que incluía la foto de su exnovio o cartas manuscritas y a ordenador en las que, junto con su imagen y la información del VIH, incluía expresiones como "gay, maltratador, cabrón, delincuente y falso".