La batalla por un gobierno de progreso no esta perdida, es cierto que hubiésemos preferido que Rajoy no fuera presidente del gobierno, pero en última instancia el objetivo es evitar los nuevos recortes, reformas laborales y de pensiones que desde el FMI y la CEE nos exigen, y esa batalla no ha hecho sino comenzar. En el parlamento siguen habiendo fuerzas que de colaborar podrían frenar la aprobación de dichas medidas y la ciudadanía tiene una importancia vital en azuzar y exigir a sus políticos que actúen coordinadamente con ese fin.