Los hechos ocurrieron en marzo del 2020, en Luzerne, Pensilvania, cuando Ann Cirko acudió a Gerrity’s Supermarket y gritó ser portadora del virus: "Todo mundo enfermará", acto seguido tosió y escupió en la sección de abarrotes y panadería. Tras ser detenida fue sometida a una prueba para corroborar su estado de salud, sin embargo el test de covid-19 dio negativo.Tras su broma, la mujer aceptó su error y se disculpó . Un juez del condado le impuso de uno a dos años de prisión, ocho años de libertad condicional y una multa por casi 30 mil dólares