Esto no debería ser controvertido, porque los datos son claros. Pero es importante hacer tres advertencias: la primera, estoy hablando de proporciones (hay independentistas pobres y unionistas ricos); la segunda es que la relación no tiene por qué ser causal (si ganas la lotería, o te despiden, tu opinión sobre la independencia seguramente no cambiará); y sobre todo, hay que tener presente una tercera característica, que se relaciona con renta e independencia, que es el origen de cada familia. Hechas esas advertencias, veamos los datos.