"En ningún momento he querido parecer prepotente, ni frío, ni duro", ha dicho el actor Rodolfo Sancho en las inmediaciones de la cárcel de Samui, donde ha visitado por segunda vez a su hijo Daniel, en prisión provisional, desde el pasado 7 de agosto, por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Ayer, el actor de 48 años, a la salida de la cárcel, tras su primera visita a su hijo tras llegar al país asiático el domingo, dijo a los periodistas allí congregados que les agradecería que se fueran y rechazó contestar a las preguntas.