En la actual degeneración del lenguaje político, reflejo de la degradación de la vida pública, se encuentran coberturas asépticas a la mendacidad, se la hace digerible, se condesciende con ella, en definitiva. Se llaman hipérboles a afirmaciones como las de Ayuso. La hipérbole es una figura que consiste en aumentar o disminuir exageradamente aquello que se dice, o sea, una exageración coyuntural, un recurso retórico del emisor: “lo digo como un juego de palabras, digo lo que me peta, si queréis, da igual si lo creo o no”.