Si bien la misión DART (Double Asteroid Redirection Test) demostró en 2022 que golpear a un asteroide para desviarlo de su trayectoria era efectivo, se pensaba que al hacer explotar un asteroide como en la película, sus escombros generarían un peligro mayor. Patrick King, científico de la Universidad de Maryland, publicó en 2021 un estudio donde comprueba que, haciendo explotar una cabeza nuclear de un megatón contra un meteorito de 100 metros de ancho en curso de colisión con la Tierra, es posible evitar que esos fragmentos sean una amenaza.