[c&p] Dormir bajo un manto de estrellas no siempre es algo idílico. Cuando se hace por necesidad puede, incluso, convertirse en un mal sueño. Soledad, frío, desnutrición, enfermedades... Es la rutina de buena parte de las personas sin hogar. Los centros de acogida y albergues se esfuerzan durante todo el año por paliar esta situación, pero es en estas fechas cuando más se reconoce su labor. Gracias a ellos, en días de reuniones familiares, carecer de un techo no significa renunciar a los encuentros.