Casi el peor castigo era no poder ver la tele en ese instante mágico en que Goku, Oliver y Benji, Peter Pan, Marco o los caballeros del Zodíaco aparecían deslumbrantes, evocando una “realidad ficticia” de la que, de un modo u otro, éramos partícipes –y lo curioso es que ahora, tantos años después, recordamos sus historias y aventuras como parte de nuestro ser, como algo que nos constituye desde el pulgar del pie hasta el último pelo de la cabeza. Pasa un buen rato recordando…