En los videojuegos podemos encontrarnos todo tipo de personajes protagonistas. Desde una cabra en el Goat Simulator, pasando por un alien (en juegos como The old republic podemos elegir entre varias especies alienígenas), razas fantásticas (orcos, goblins, qunaris, enanos, elfos), cyborgs, robots, animales, muñecos, fantasmas… Y no hay objeciones al respecto, ni problemas de empatía con tu personaje, ni trabas a la inmersión. ¿Pero qué pasa cuando la protagonista de un juego es una mujer? Que llegan las quejas.