Que alguien llegue al poder a través de cauces democráticos no hace de ese alguien un demócrata. Un partido puede llegar a las instituciones a través de los cauces democráticos y, una vez dentro, comenzar a erosionar la democracia (...) El 6 de enero, los reyes nos trajeron un momento histórico: lo que Estados Unidos lleva financiando y haciendo tantos años en países que califican como “políticamente inestables” o “atrasados y poco educados”, ocurrió en Washington D.C., concretamente en el Capitolio, símbolo de la democracia y la libertad.