Mientras jugaba en una granja en Oregón, el niño de 6 años se cayó y se cortó la frente. Los padres limpiaron y suturaron su herida en casa y, por unos días, todo pareció estar bien, según un nuevo informe de su caso. Seis días después de la caída, el niño comenzó a llorar, apretar la mandíbula y tener espasmos musculares. Los síntomas empeoraron y, cuando empezó a tener problemas para respirar, los padres llamaron a los servicios de emergencia, que tuvieron que llevar al niño en avión al hospital.