La esponja de la cocina alberga una comunidad bacteriana abundante y, en algunos casos, patógena, como parientes cercanos de las bacterias que causan neumonía y meningitis. Dichas densidades bacterianas, dicen los investigadores, sólo se encuentran en las heces. La única solución para mantener las bacterias al mínimo en la cocina, según los expertos, es sustituir la esponja de cocina todas las semanas. Estudio original, en inglés:
www.nature.com/articles/s41598-017-06055-9