A riesgo de equivocarme, cosa que no me disgustaría en absoluto, creo que Sánchez se va a llevar le gato al agua una vez más, y tal vez esta sea la decisiva. Porque su pulsión vital, su ideología (si alguna), su ambición, camina en paralelo con esa amplia franja de españoles de izquierda para quienes la derecha roba, los empresarios explotan y el Estado tiene la obligación de hacerse cargo de mi educación, de mi sanidad, de mi vivienda y hasta de mi felicidad. Todo gasto público. Todo gratis total. La España del populismo rampante.