La CE exigió que la negociación y acuerdo sobre la reforma laboral contara con la presencia-veto de la CEOE. Ello supuso, de entrada, abandonar la promesa de derogar la reforma laboral de Rajoy. Luego, tras el acuerdo logrado entre Gobierno-CEOE-CCOO/UGT, éste fue convertido en texto sagrado y, tras una tramitación inflexible y una votación de sainete, el Decreto Ley ha sido finalmente aprobado. El gobierno está feliz: lo importante no es si el gato es pardo o gris, sino que cace ratones. Lo demás no importa.