"En este país hay un afán por destruir al presentador de televisión cuando tiene éxito, mientras que en EE UU no se retiran hasta los 70 u 80 años. Aquí llega un directivo nuevo y dice que hay que cambiar, poner a alguien joven, gente nueva. Cuando yo entré en TVE en el 91, estaban María Teresa Campos, Sardá, Joaquín Prats, Constantino Romero, gente que a mí me llevaba una década o 20 años; y esa convivencia es sana. Cuando formas a alguien tienes que mantenerlo, mimarlo y potenciarlo."