La Luna tiene espacios subterráneos con temperaturas constantes a 17 grados Celsius que podrían acoger a futuras expediciones humanas durante largos períodos de tiempo, protegidas de las temperaturas extremas del exterior, así como de los rayos cósmicos, la radiación solar y de los micrometeoritos que bombardean la superficie selenita. Los pozos, y las cuevas a las que pueden conducir, serían campamentos de base más seguros y térmicamente más estables para la exploración lunar y la habitabilidad a largo plazo que el resto de la superficie de...