Se podría pensar que la polio ya es pasada, que está presente solo en determinados países como Siria, Afganistán, zonas de conflicto… pero no es así, está plenamente presente en Europa, en España, en los cuerpos de aquellos niños y niñas, hoy adultos, que siguen luchando cada día para hacer frente a las barreras de todo tipo que las secuelas de la polio han supuesto para ellos, y contra un gigante: el olvido.