Las nubes de Buenos Aires, como las del resto del hemisferio sur, son muy distintas a las que pueden verse en Madrid, Londres, Varsovia o cualquier otra zona del hemisferio norte. Y es que aunque la lógica nos diga que las nubes deberían de ser iguales en todas las zonas, la realidad es bien distintas. Ahora, un nuevo estudio publicado en
Atmospheric Chemistry and Physics nos explica por qué puede darse este fenómeno.