Exceptuando algunas zonas del Cantábrico oriental y de la cuenca del Ebro, en las que las precipitaciones recogidas en el transcurso de la treintena superaron los valores medios del mes, en el resto de España no caben otros calificativos al pasado noviembre que seco, muy seco o extremadamente seco. Ni que decir tiene que esa sequía, puesto que es prolongación de la de meses anteriores, constituye un grave problema que se refleja, especialmente, en la agricultura.