Regresa la izquierda de los Clinton de provincias, la izquierda de la sección de Vida y Estilo de El País que confunde el arte con diseño de interiores y el ecologismo con la jardinería, una izquierda que tiene fobia a ser identificada con lo popular.Aunque el relato publicado es de ilusión, la realidad es de resignación. Vuelven los vetos, las negociaciones a puerta cerrada, la izquierda aristocrática, el hablar bajito para que no se enfaden los que mandan, aceptar que el poder marque los límites de lo posible y los viejos aparatos.