El medicamento, que deja a la persona inconsciente y suprime el sistema nervioso, es una de las tres sustancias utilizadas en las ejecuciones. En 2010, Hospira, el fabricante del medicamento, detuvo la producción en EE.UU. y muchas otras compañías farmacéuticas globales no permiten que sus medicamentos se utilicen para aplicar la pena capital. Sin un acceso confiable al medicamento,cinco estados (Idaho, Mississippi, Oklahoma, Utah y Carolina del Sur) han aprobado leyes que permiten a los prisioneros elegir morir mediante pelotón de fusilamiento