En la madrugada del lunes, el río Tula se desbordó, anegó el centro de la ciudad y entró en el hospital, situado a 100 metros de su cauce. En unos 20 minutos, el agua inundó quirófanos y salas, alcanzó casi dos metros y colapsó la red eléctrica. El hospital no contaba con una planta suplementaria de energía, y 17 pacientes, enfermos de coronavirus, murieron al perder la respiración asistida. Los cuerpos tardaron casi 24 horas en ser evacuados.