Los hermanos Gil absorbían tendencias y estilos musicales como esponjas, pero los canalizaban todos con dos premisas: velocidad y energía, en la línea del revival mod del 79 y el punk del 77. Un estilo, el de su grupo Brighton 64, distintivo y característico porque en la primera mitad de los ochenta no era tan habitual ejecutar así las canciones. Llegaron a tener hits en lo más alto, como «La casa de la bomba» y «El mejor cocktail», que todo amante del pop español recordará, y un disco anterior de solo ocho canciones.