Se trata de un desprecio con graves consecuencias porque, según la FAO, en torno al 30 o el 40 por ciento de la producción agrícola se desperdicia, cuando 690 millones de personas en el mundo pasan hambre. Además, la pérdida y el desperdicio de alimentos generan el 8 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. ‘Racismo’ vegetal. Es lo que él ha dado en llamar ‘verduras discapacitadas, marginadas o discriminadas’. «Son palabras que van a provocar una reacción; las humanizo porque las descartamos, aunque sean comestibles».