Desde hace diez años los más fervientes promotores del capitalismo han presentado a Irlanda como el modelo a seguir. El «Tigre Celta» ostentaba una tasa de crecimiento más alta que la media europea. El impuesto de sociedades se redujo al 12,5%
|1| y el impuesto que realmente pagaban las numerosas multinacionales domiciliadas en el país oscilaba entre el 3 y el 4%, ¡un sueño! Déficit presupuestario igual a cero en 2007. Tasa de desempleo del 0% en 2008. Una auténtica maravilla: a todo el mundo le salían las cuentas.