Drogas como el hachís, el peyote y el opio de los felices años veinte a los cincuenta, drogas alucinógenas como el LSD de los sesenta y setenta, la heroína de los setenta, la cocaína desde los ochenta y los estupefacientes y psicotrópicos todavía más artificiales, las pastillas de droga sintética y el alcohol que recorre todas las épocas de la historia del arte, del vino al whisky intravenoso, en busca de la frase inicial o de la frase perfecta. El mito de la creación ligada a alucinógenos y estupefacientes recorre la historia de las artes.