Cualquier película, por sencilla que esta sea, conlleva un gran trabajo detrás. En la larga historia del cine han existido proyectos complicados, con accidentes y pormenores de toda clase. Sin embargo, la de Roar, o El gran rugido, en español, sí que merece una mención especial, no por nada ha sido denominada la película más peligrosa jamás hecha, pues casi todos los miembros del reparto y los del staff resultaron heridos, algunos muy graves. Pese a tantos trabajos en producción y altos costes, la cinta resultó un tremendo fiasco