Estos días se habla del proyecto de ley del PSOE para abolir la prostitución. Ese objetivo cuenta con un largo historial en el movimiento feminista, donde está lejos de darse una postura unánime. Por abolicionismo entendemos el intento de suprimir la prostitución a partir de la represión de los proxenetas, un camino que ha seguido, por ejemplo, Suecia. En cambio, el prohibicionismo culpabiliza a las prostitutas, como sucede en Estados Unidos o en China.