Cada 13 de julio, en la serenidad de los Pirineos, un antiguo ritual cobra vida en el paso de Ernaz, un lugar donde el tiempo parece detenerse. Aquí, alcaldes franceses y españoles, vestidos con atuendos tradicionales que evocan siglos de historia, se reúnen para renovar el tratado más antiguo de Europa aún en vigor. Este pacto, conocido como el Tributo de las Tres Vacas, ha unido a las comunidades de Baretous y Roncal desde la Edad Media.