A pesar de que Georges Remi nunca se declaró abiertamente partidario de las ideas del nacionalsocialismo, sí es cierto que es posible entrever en sus viñetas un carácter medianamente fascista. Lo ejemplifican, según dicen, los numerosos personajes militarizados y las referencias a dictaduras militares, la actitud supremacista de Tintín para con los individuos de otras razas, la discriminación contra los judíos (que suelen ser villanos en las historietas), el ambiente conservador que se respira en todos los álbumes, etc.