O planteado de otro modo, ¿son 50 millones de euros un halago o un insulto? Tal es la cantidad que Cecil Chao, un millonario de Hong Kong, ha ofrecido al hombre que logre conquistar el corazón de su hija lesbiana, según contaba la semana pasada mi compañero José Reinoso. Más allá del razonamiento que revela, la oferta, que Gigi Chao parece haberse tomado con filosofía, enraíza en la vieja tradición de la dote, aún muy extendida por ejemplo en India.