En Silicon Valley hay una obsesión peligrosa con la juventud. Desarrolladores que llevaban años picando código se enfrentan ahora a una realidad en la que las empresas parecen preferir jóvenes talentos sin tanta experiencia pero que aporten más "frescura" a sus filas. La situación es delicada para muchos veteranos que se han visto desbancados por jóvenes que están copando la demanda en el mercado del trabajo. Nos hablaban del caso de Robert Kiraly, que con 35 años de experiencia en el mercado estaba a punto de convertirse en un sintecho porque

Los grandes magnates de la tecnología no saben ya en qué gastarse el dinero, así que financian iniciativas para detener el envejecimiento o asegurarse la inmortalidad. Criaturitas- En el fondo, ellos no creen que vayan a desaparecer. No es que tengan dudas, no. Lo creen de verdad, lo dicen en voz alta y lo han dejado escrito como lo dejó escrito esta semana, una vez más, José Luis Cordeiro en una entrevista con este periódico: "Yo no voy a morir".

Rogelio Bernal es astrofotógrafo. Entre seis y ocho noches al mes coge el coche, conduce dos horas, se aleja de la ciudad californiana en la que vive y fotografía lejanas galaxias, que más tarde procesa y vende en su web. Su trabajo ha sido seleccionado por la NASA más de 50 veces como imagen astronómica del día y está actualmente expuesto en el Planetario de Madrid. Hasta entonces, Bernal había trabajado como informático en Netscape y eBay y en su empresa ARNetworks.

El incremento del precio de la vivienda unido al descenso de los sueldos que pagan las nuevas compañías, sumado a escándalos laborales y sexuales hacen que Silicon Valley se haya convertido en un lugar donde cada vez menos compañías quieren abrir sus sedes y donde muchos de los trabajadores que quedan están viviendo en condiciones de precariedad pero con sueldos astronómicos.

Desde finales de 2015, uno o varios individuos se hicieron pasar por el entonces Ministro de Defensa de Francia, Jean-Yves Le Drian, estafaron unos 80 millones de euros de algunas de las familias más poderosas y ricas de Francia. La trampa requería que los objetivos creyeran que estaban siendo contactadas por Le Drian, quien les pedía ayuda financiera para contribuir a pagar el rescate exigido para liberar en Oriente Medio. Para ello utilizaban una máscara de silicona del ministro lo suficientemente realista para engañar a las víctimas.

Los médicos en Papua Nueva Guinea han advertido que existe un “problema nacional” en el país. El problema, una oleada de hombres que se han inyectado sustancias extrañas, como aceite de coco y silicona, para intentar agrandarlos. “La mayor parte de ellos tienen masas anormales y grumosas que crecen alrededor del pene. Un buen número está llegando incluso con úlceras”, dijo Danlop. “Algunos de ellos tienen dificultad para orinar porque el prepucio está tan inflamado que no se puede contraer”.