Los capitalistas sentenciaron quiénes son ‘esenciales’ durante la pandemia: cajeras de supermercados, sanitarias, de la limpieza, la educación, industria alimenticia, servicios sociales, atención domiciliaria, empleadas del hogar. Una sentencia que, en este momentum pospandemia, está impactando en las conciencias del mundo laboral más feminizado: si somos tan ‘esenciales’, cabe preguntarse por qué sufrimos los peores agravios y humillaciones, la desigualdad salarial, la precariedad que repercute en nuestras vidas, sin poder disfrutarla después