Entierro o incineración. Si ha pensado qué le gustaría que hicieran con sus restos, seguro que se ha decantado directamente por una de estas dos opciones sin reparar si quiera en que hay otra, digamos, intermedia; puede usted donar su cuerpo a la ciencia y contribuir tanto a la formación de futuros médicos como al desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas. Es, piénselo así, una última ocasión para mostrar altruismo, válida incluso para quienes no pueden ser donantes de órganos.