Una red de corrupción que se descubrió en una pequeña gasolinera de Brasilia terminó por destapar el intrincado esquema de sobornos organizado por el gigante de la construcción Odebrecht y su filial Braskem. Tras las investigaciones del Departamento de Justicia estadounidense queda claro que el caso se extiende a Brasil, Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.