El F-22 fabricado por Lockheed Martin es el avión de combate más temible de la historia, una maravilla tecnológica de un cuarto de billón de dólares por avión que vuela más alto y más rápido que sus oponentes mientras evita la detección por radar. Ya en 2009, tras unos simulacros de combate en los EAU, la USAF sólo reconoció un derribo a manos de un Mirage 2000 emiratí, desmintiendo los derribos que los franceses aseguraban haber hecho sus Rafale. El 18 de junio, sin embargo, se mostraba en un sitio web francés a un Rafale lockeando un F-22.