Un nutrido grupo de mujeres de Ibarra quedaron a mediodía debajo de unas obras que había en su pueblo. Era el martes 5 de junio de 1995 y uno de los albañiles que allí trabajaban, –«completamente ajeno» a lo que las mujeres tramaban, según la crónica de 'Egin'– había intentado violar a una joven el viernes pasado, agresión que no llegó a consumarse por la irrupción de un vecino.Cuando creyeron haberse reunido las suficientes, entraron por entre los andamios en busca del autor de la agresión, que trató de esconderse