El hormigón es el material más utilizado en nuestro planeta después del agua, pero el proceso de extracción y de fabricación de su principal componente, el cemento, que requiere temperaturas muy elevadas, es responsable del 7.5% del total de las emisiones de dióxido de carbono originadas por el hombre.
De ahí la relevancia de un descubrimiento que permita deshacerse del hormigón usado agregándolo a hornos de procesamiento de acero, que por un lado purifique el hierro y que, además, produzca «cemento reactivado» como subproducto.