“Una economía o una política donde las deudas a veces no se pagan y, en consecuencia, hay que pedir pagos por adelantado, es una mierda”. Con esta frase lapidaria, por la que, al momento de pronunciarla, pide perdón, describe Andreu Mas-Colell (Barcelona, 1944) la relación de desconfianza que existe entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, dos políticos cuyos caminos se han reencontrado ahora por la fuerza y que deberán llegar a un acuerdo si quieren que la legislatura en el Congreso eche a andar.