Los autores han utilizado tecnología láser para medir la distribución de las gotitas que diversas personas liberaban al hablar o toser. También usaron una boquilla de chorro para fabricar un número conocido de partículas de aerosol idénticas a las emitidas por los voluntarios, lo que permitió calcular y modelizar cómo se propagan, el tiempo que permanecen en el aire y la probabilidad de que transmitan el coronavirus.
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etiquetas: estudio , microgotas , aerosoles , coronovirus
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Pd: Los estudios son como las vacunas, son necesarios años para poder llevar ese nombre.
Sólo puede quedar uno.
Una de ellas.
Yo creo que eso nos aclararía muchas cosas
Cómo bien dice el refranero, cuando pase el tiempo lo sabremos y diremos:
"Después de vistos los cojones, macho"