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Jorge González Amo: «En La Blume nos mezclábamos los niños bien con los hijos de los rojos, fue muy educativo»

Jorge González Amo: «En La Blume nos mezclábamos los niños bien con los hijos de los rojos, fue muy educativo»

«Era la escuela de la calle. Y para la gente que no éramos chavales de la calle, sino pijos, niños bien, eso nos enseñó a vivir una mezcla estupenda. Gente sobre la que no conocíamos nada. Hijos de republicanos, los llamados hijos de los rojos, gente estupenda que no tenían ni cuernos ni rabo ni nada. En nuestro mundo nos habían enseñado que eran como demonios, pero para ti eran chavales con las mismas ilusiones, o más que nosotros, que entrenaban contigo. El atletismo nos brindó una formación fantástica»

| etiquetas: jorge gonzález amo , atletismo
Coño como en la mili…
A no, que los niños bien siempre libraban o pillaban destinos que eran un caramelo.
#4 Mala idea. Si le das el palo el primer día ya andas matando a la gallina de los huevos de oro.
Es algo curioso. A los pijos siempre les ha gustado "juntarse con la plebe" de vez en cuando. Supongo que para sentirse superiores por que su padre tiene cochazo, o para sentirse los reyes cuando invitan a sus amigos los pobretones a la piscina un par de días en verano. Cuando vas a alguna aldea alternativa llena de hippies resulta que los más iluminados son hijos de papis con mucha pasta.
Por poner un ejemplo, los pantalones vaqueros siempre han sido un símbolo de la clase obrera.…   » ver todo el comentario
#2 A los pijos les gustaba juntarse con la plebe para pillar buenas drogas; a ellos siempre los tangaban en calidad y precio :-P
#3 Estafar a los pijos es ley de vida. Aunque no quieras hacerlo se estafan ellos solos insistiéndote en que les vendas el porro de orégano que le habías preparado al colega para gastarle una broma. "Eh tio que te doy mil pesetas por el porro ya liado". "Que no, que es para mi colega, que esto no es hierba". "Venga va, no seas rata, mil quinientas pesetas, portate como un colega". Y claro. Pues le das el porro y te quedas con las 1500 pesetas.
Ya lo dice el refrán, un tonto y su dinero no están juntos mucho tiempo. Y entre los pijos hay mucho tonto, y mucha gente proponiéndoles todo tipo de negocios para quitarles ese dinero que les sobra.
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