La obra, interpretada en una sala de Lausana (Suiza) por la orquesta Nexus, está inspirada en un puñado de notas que el compositor alemán dejó, posiblemente fragmentos de su 10ª sinfonía y fue terminada en unas horas gracias a la tecnología. La obra se llama BeethovANN 10.1 y fue creada gracias a un programa de inteligencia artificial. Detrás de BeethovANN 10.1 está Florian Colombo, un violoncelista que ha dedicado años al proyecto de enseñar a una máquina a componer según el estilo de Beethoven.