Ramón Mercader fue condenado por un tribunal mexicano a 20 años de reclusión en una prisión aparentemente siniestra: el llamado “Palacio Negro” de Lecumberri, en la Ciudad de México. Sin embargo, para él, que era el recluso más famoso, la reclusión fue relativa. Para empezar, era el encargado del mantenimiento del sistema de alarmas de la cárcel y para revisarlo, tenía que salir fuera de sus muros, cosa que hacía sin vigilancia alguna. Además, según me aseguraron su hija y el hijo de su abogado, salía cuando le daba la gana para ir a cenar.
|
etiquetas: utopía , mercader