El faro de la isla de Buda, en el delta del Ebro, era una joya de la ingeniería, la torre Eiffel de los faros. De hecho todavía lo es, aunque se encuentre miserablemente hundido a diez metros de profundidad y cinco kilómetros de la actual línea de costa. Incluso hundido, sigue siendo un símbolo, un testigo mudo y olvidado de un do de pecho de la técnica...
|
etiquetas: faro , isla , buda