Un análisis genético atribuye la capacidad para vivir con menos oxígeno a una herencia de la enigmática especie, extinguida hace 40.000 años. Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Genómica de Pekín y la Universidad de California ha explicado que la adaptación a la altura de los habitantes del Tíbet se debe al cruce con los homínidos de Denisova, ya extintos. El trabajo arroja nueva luz sobre la adaptación del ser humano.
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