Además de ser este baúl de bulos tan amplio como hondo, tan vetusto como actual, cuenta por descontado con doble fondo. Y son tan numerosos y diversos los casos que han venido a rebasar su oscuro interior, que cabe sospechar que si la verdad realmente existe, debe de hallarse la pobre a estas alturas escondida y temblando de miedo detrás de una zarza ardiente, muy probablemente de plástico, o en todo caso virtual, en medio del desierto.