Robert I The Bruce de Escocia, el verdadero Braveheart, pidió antes de morir que su corazón fuera llevado a Tierra Santa. Lo que nadie podía imaginar es que la aventura acabaría teniendo un desenlace en la península Ibérica. En agosto 1330, dentro de una afrenta mayor contra el reino nazarí de Granada, un ejército comandado por el belicoso rey Alfonso XI se dirigió a Teba para tomar el castillo. Una semana después de empezar el asedio se presentaría el principal escollo al que debían hacer frente las tropas cristianas.