Para Roma, se trata del mayor descubrimiento arqueológico del nuevo milenio: el templo que el emperador Adriano dedicó a Salonina Matidia, madre de su mujer Vibia Sabina, y probablemente el único templo del mundo dedicado a una suegra –por claros motivos dinásticos– con los epítetos de “amadísima, castísima y suma pulcra”. De hecho, Matidia, que era sobrina de Trajano, garantizaba para Adriano su ligamen dinástico con la familia imperial. Éste último la divinizó en el año 119
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