Hoy en día abusar tanto del referente local chirría en exceso aunque los espectadores lleven años siendo torturados con plantaciones de morcillas similares: el gato parlante de Sabrina mencionaba a Estopa y al Atlético de Madrid, del mismo modo que El príncipe de Bel-Air hacía chistes sobre la Pantoja. Y el doblaje de Futurama no solo sustituía a Jay Leno por Bertín Osborne y nombraba el queso de Burgos, sino que practicaba una vejación terrible a varios niveles en la tercera temporada: para derrotar a un cerebro malvado Fry.
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